Llegué a Buenos Aires y lo segundo que sucedió fueron dos granos en la barbilla. ¿Por qué? Si allá en Jujuy tenía el cutis de una chola, todo raso, libre de estorbos. ¡Humedad de porquería!
Llegué a Buenos Aires y lo sexto que aconteció fueron los chocolates, el café con leche y las bebidas gasificadas.
Llegué y me puse a buscar coca, pero acá es ilegal venderla, asi que tengo que ir a Liniers, o volver por más. Coquear es mejor que matear. Coquear es ser un caballo otra vez, es ser un delfín de la quebrada.
Por un peso se ven los delfines quebradeños chapotear entre lo verde del cobre y lo rojo de vos.
Llegué porque me voy después.
Me tiré a chanta, soy vaga, SOY VAPOROSA.
Ellos ya lo dijeron, con la bragueta del alma abierta.
Hace 9 meses.
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