18 junio 2009

FUJI 36

f/2.8
Se me ocurrió mandar a revelar los tres rollos Fuji que el domingo, limpiando mi cuarto, había encontrado entre cuadernos y apuntes viejos de la época en que cursaba el CBC. Me puse las zapatillas y caminé rumbo a Azcuénaga sin tener la más mínima idea del contenido de esos negativos. Para mi sorpresa el japonés del mostrador era el mismo que atendía hace diez años. Como si el tiempo no hubiera pasado, el hombre tenía exactamente el rostro que yo recordaba.
Volví a los tres días con una intriga feroz, ¿con qué clase de imágenes me encontraría?, ya no podía sostener la espera y las últimas dos cuadras antes de llegar al negocio las hice al trote. Agitada entré al local sin saludar al japonés y saqué del bolsillo el papelito con el número para que fuera a buscar mis fotos. Mientras el tipo abría un armario yo preparaba los billetes para pagarle lo más rápido posible. Regresó al mostrador sin expresión alguna, y al observarlo advertí que sólo traía un álbum entre sus manos.
- Salió un rollo, dijo al ver mi cara desilusionada.
- ¿Y los otros dos?
- Velados.
Hasta hace tres días desconocía la existencia de esos rollos, sin embargo la pérdida de esas posibles fotografías me tiñó de una leve tristeza el ánimo. - ¡Qué lástima! -dije con un hilo de voz- ¿cuánto es entonces?
Pagué y volví a mi casa desanimada. En lugar de ir mirando las fotos en el camino, que es lo que hacía siempre en las épocas en que las fotos se mandaban a revelar, me prendí un cigarrillo.
f/4
Cuando entré en el departamento arrojé sin cuidado las llaves y el álbum sobre la mesa y saqué del freezer una botella de jugo que no había llegado a congelarse. Después fui al baño a lavarme las manos, me miré al espejo los dientes y se me antojó cepillarlos. Cuando escupí la mezcla de saliva y dentífrico por tercera vez me percibí tensa y molesta. Sin ánimos verdaderos me incliné por una masturbación eficaz para relajar el cuerpo. Volví a lavarme las manos y me senté en la mesa a descubrir el contenido del rollo sobreviviente.
No alcancé a sacar una fotografía entera del sobre cuando supe que ese fragmento de piel era suyo. Derramé las fotos sobre la mesa y un inesperado vértigo me inundó el medio del pecho.
Eran todas fotos de Leo, fotos que le saqué una noche en la que fuimos muy felices.
f/5.6
Podía recordar con precisión el olor de su cuerpo después del coito. Me miraba con ojos cansados por el ajetreo del amar, "estuviste increíble" repetía, y su fatiga era plácida, llena de alegría. Yo me reía y desnuda lo incitaba a más, le mordía el cuello, le chupaba la oreja. Él me dejaba jugar, y al observarlo agotado lo dejaba tranquilo. Ahí fue cuando fui a buscar la cámara, me acuerdo clarito. Disparé las treinta y seis fotos del rollo casi de un tirón. Se reía porque pensaba que estaba loca y el eco de esas risas se quedaba vibrando en las paredes vacías de mi habitación.
No hice ningún esfuerzo, los recuerdos se presentaron con naturalidad. Empecé a llorar sin control. ¿Qué sería de la vida de Leo? ¿Por qué no hubo más encuentros? pero sobretodo me preguntaba ¿Por qué diablos lo había dejado ir y por qué él tampoco había hecho nada?
Angustiada, triste, extrañamente desahuciada le daba paso a las lágrimas para empaparlo todo con la esperanza de que se lleven en su caída esas incómodas sensaciones. Estuve así un buen rato hasta que los temblores de mi cuerpo amainaron y la respiración dejó de entrecortarse.
Inevitablemente retornó la calma y me detuve sin dramatismo a observar cada fotografía. La mayoría de las imágenes eran abstracciones: un hombro fuera de foco, la sábana cubriendo una fracción de muslo, los pelos púbicos. No daban ni para arte, eran pedazos de amor en su mayoría mal expuestos.
Pero una me hizo sucumbir al llanto nuevamente, otra vez la fastidiosa catarata de gotas. La imagen pertenecía a un primer plano de su rostro dirigiéndome la mirada, riéndose con delicada ternura. Un hermoso regalo sin dudas.
f/8
Después de Leo estuve con otros hombres, incluso mantuve una relación más o menos seria a lo largo de todo un año con un francés que estaba estudiando en el país. Pero amar... no supe hacerlo con nadie más.
Una semana más tarde me encontré yendo a su casa con un sobre en la mano. Adentro estaba su foto (una copia ampliada) y una breve nota que decía "gracias por darme lo mejor".
No sabía cual era el fin de aquel acto. Me limité a seguir el impulso.
Los días pasaron mansamente, yo esperaba una respuesta de parte de él, una señal, una llamada telefónica tal vez. Nada de eso sucedió hasta ahora.
CLICK
Ayer volví al local del japonés, recordaba haber visto en la vidriera un cargador de pilas a buen precio que me hacía falta. Cuando llegué a la puerta y ví el cartel me quedé dura: "Cerrado por duelo".

10 comentarios:

carmela dijo...

Ja.
al principio iba a hacer un comentario sobre Leo, y sobre como se recuerdan las cosas. Con lo del francés me sentí identificada.

y me encantó el marco de los rollos, los velorios y el amor por parte de las fotos.


estoy sensata hoy día. ¿vos?

(supongo que te llamo a la noche)

Tomás Grounauer dijo...

Hay que tenr muchoe coraje para revelar un rollo náufrago.

El Pol dijo...

Hermoso texto, hermosa historia. Grosa la impulsa nerviosa. Es el de Azcuenaga del 0 al 100? Esos me hicieron cualquiera cuando llevé un VHS pa que lo pasen a DVD. Lo mejor es que el boludo de Pol reincidió, un tiempo después mandó otro VHS... y me hicieron la misma cagada!
Con mi amigo Marce fuimos a revelar un viejo rollo de hace mil años, cuando él fue al programa de Xuxa! Me contó que está la foto de Darío, que se hizo pasar por retrasado mental para ir adelante de todo y ver a Xuxa cerrrca! También había fotos del culo de Xuxa, claro. Estaba velado.

El Abuelo dijo...

Hola. Muy buen blog, te felicito. Sigue adelante. Visita el mío y deja tu coment para saber lo que opinas. Tu opinión es importante porque nos ayuda a mejorar nuestra calidad. Muchas gracias y esta es la página:

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Saludos

Santi dijo...

El último párrafo. Gracias. Besos.

lîbero dijo...

como anda tanto tiempo? hace unos días volví de San Marcos...otra vez.

este relato es hermoso, con un toque de magia que lo convierte en arte. Literatura bien expuesta.

beso

recienvenido dijo...

me alegro,
espero que te haya gustado,
ver a don josé en vivo es toda una experiencia,
hay un tema: sobre mi sombra, bajate ése

abrazo remoto

ig dijo...

La luz, siempre la luz acorralándonos contra el tiempo.
Maldición.

El final me dolió. Eso es bueno.

búlgaro dijo...

quiero mandar a revelar los recuerdos del último verano pero me es imposible. Malísimo.

Santiago dijo...

A ver, por uno de los misterios del RSS cuando te agregue me aparecieron tus ultimos 10 posts. Este era uno de ellos y como nerd que soy me llamo la atencion porque decia Fuji.

Es... interesante. Muy grafico eso si, pero me quede tranquilo cuando te lavaste las manos. :P

Ahora viendo la fecha (hace varios años) me doy cuenta de que volviste a amar. Bien por eso!!!